El guitarrista Raúl Cantizano llegó al Mercedes Labrador y se adueñó del salón de actos mucho antes de dejar con la boca abierta a los alumnos. Prepara el escenario como un ritual en el que cada uno de sus mil y un artilugios tiene su espacio y uno, de no verlo actuar anteriormente, no entiende que se trata de un concierto de guitarra. “Entiendo el flamenco como una música artística, no tradicional”. Las palabras de Raúl Cantizano son, en realidad, una declaración de intenciones que uno sólo puede entender cuando lo ve actuar en directo.

Cantizano toca la guitarra con dedos virtuosos que han acompañado a artistas como el Niño de Elche, Rocío Márquez o Andrés Martín, pero en solitario artilugios de todo tipo (desde ventiladores de mano a artefactos electrónicos programables) acompañan a sus manos para crear armonías de lo más creativo. Si uno escuchase su música sin verle, pensaría que sobre el escenario hay mas de un guitarrista. Sin embargo, los alumnos del IES Mercedes Labrador pudieron contemplar en directo que una persona creativa suena a mucho más de uno.

“Veo la música desde dos puntos de vista: una tiene que ver con la tradición, el folclore, que está hecha para una cosa concreta; después está la música como arte que es donde yo planteo mi juego. Me interesa jugar con los sonidos”, asegura Cantizano que es ya pionero con su concierto de guitarra titulado Zona Acordonada, y que describe como un “concierto de guitarra preparada, híbrida y transmedia”.

“Hay que pensar en los límites para replantearlos. Hay que preguntarse por qué hay ciertos estereotipos y por qué no se pueden hacer las cosas de otra manera”, aconseja a nuestro alumnado a través de esta entrevista. “Elijan lo que elijan para su futuro, que jueguen, que se diviertan; que entiendan la creatividad como un campo de juego donde todo está permitido. Que se piensen, por ejemplo, por qué llamaos bonito a lo que creemos bonito o feo a lo que creemos feo. Y que replanteen la posibilidad de cruzar esos términos”, concluye.